Rotura muscular: recuperación y prevención
Una de las lesiones más temidas por los deportistas es la rotura muscular. Si haces deporte habrás oído hablar de esta lesión en alguna ocasión, o conocerás a alguien que la haya sufrido. Hoy vengo a contarte qué es y cómo se recupera, y a darte unos consejos para prevenirla. Así que, si eres deportista, esta información te interesa.
¿Nos ponemos manos a la obra?
Rotura fibrilar
La rotura fibrilar o también llamada desgarro muscular es una de las lesiones más frecuentes en el deporte, y no solo hablamos del deporte de élite, cualquier actividad física puede producirla. Aunque la gravedad y la posterior recuperación dependerán de muchos factores que te voy a ir explicando detalladamente.
El desgarro muscular consiste en la rotura de una o varias fibras de un músculo, generalmente producida por una fuerte contracción o un estiramiento forzado (elongación). Su evolución dependerá del número de fibras rotas, de la localización en el músculo y del propio músculo que se haya visto afectado.
Clasificación y tipos de roturas musculares
Principalmente, podemos dividirlas en 3 grados:
- GRADO I: suelen ser las más frecuentes y más leves y se recuperan en 1 ó 2 semanas, a veces pasan inadvertidas, confundiéndolas con contractura o sobrecarga muscular.
- GRADO II: implica un mayor número de fibras musculares rotas, pueden ir acompañadas de hematoma, por la rotura de vasos sanguíneos, impiden continuar con el ejercicio y puede aparecer una muesca (agujero) en la continuidad del músculo. Se recuperan en 3 ó 4 semanas.
- GRADO III: rotura completa, se separan los extremos, el hematoma es evidente y a veces se requiere reparación quirúrgica. Su recuperación nunca es inferior a las 6 u 8 semanas.
Para poder prevenir la lesión muscular es necesario conocer sus causas y reconocer los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de sufrirlas.
Causas de la rotura muscular
las principales causas que conducen a una rotura fibrilar son:
- Contracción o estiramiento repentino y/o explosivo del músculo que se realiza durante el gesto deportivo: Es la causa más frecuente de rotura muscular en la práctica deportiva y afecta generalmente más a las piernas. Por ejemplo, en el tenis existe un mayor predominio a que se dé una rotura en el gemelo, en el fútbol de cuádriceps y en deportes de lanzamiento del pectoral o del bíceps, ya que suele ser la musculatura más solicitada en esos deportes.
- Escaso calentamiento o fatiga muscular: Esto se debe a que no hemos preparado bien al músculo para realizar el ejercicio con un adecuado calentamiento y con ejercicios de movilidad articular; o si partimos con agujetas, como signo de sobrecarga, antes de realizarlo.
- Golpe directo o caída: habrás oído hablar del conocido bocadillo, es un golpe recibido por un contrario que no solo puede provocar derrame sino también una rotura. Sobre todo si éste se recibe en estático, porque el músculo se encuentra relajado y absorbe mayor impacto. Por ejemplo, en un defensor en balonmano o baloncesto o una entrada defensiva en fútbol.
Existen también otros factores de riesgo que debemos tener en cuenta y en los que la figura del fisioterapeuta desempeña un papel fundamental para prevenir el desgarro muscular, son:
- Mala circulación: provoca que llegue menos oxigenación al músculo. En Balanzé realizamos descargas activas manuales tanto previas como después de la competición, ayudando así a la eliminación de ácido láctico y aportando mayor oxigenación a la musculatura fatigada.
- Nutrición o hidratación insuficiente: Principalmente, si el ejercicio es intenso o de larga duración. En Balanzé, nuestros especialistas en fisioterapia deportiva, te van a asesorar sobre tiempos de descanso y reanudación de la carga de trabajo, evitando así sobrecargas musculares.
- Sedentarismo, ya que provoca debilidad muscular de base y, por tanto, el músculo no está preparado para soportar cargas elevadas y ante una sobresolicitación, se puede romper. En Balanzé te orientamos sobre cómo efectuar una activación correcta de la musculatura debilitada, preparándola para soportar cargas mayores.
Y, si aun así, padeces una rotura fibrilar… En Balanzé te ayudamos en tu recuperación.
Tratamiento para la rotura muscular
Aunque de por sí no suelen dejar secuelas graves, en Balanzé contamos con los medios necesarios para favorecer una rápida incorporación a la práctica deportiva. Valoramos el estado en el que llega la rotura fibrilar, confirmamos la localización y seguimos la evolución de esta, gracias al estudio ecográfico que realizamos en la consulta. Y con el tratamiento de fisioterapia especifico, favorecemos la formación de una cicatriz flexible que nos evite las recaídas.
Dentro de las técnicas de elección, en Balanzé contamos con tratamientos novedosos y efectivos, tales como:
- Neuromodulación Percutánea (NMP), es una técnica invasiva y ecoguiada orientada a disminuir el dolor y la contractura asociada a la rotura fibrilar, que nos permite una movilidad temprana ayudándonos a la reabsorción del derrame y formación de la cicatriz.
- Diatermia (Winback), favorece la reducción del edema y facilita una correcta cicatrización. Nos permite hacer un trabajo manual combinando la destreza del fisioterapeuta con los efectos beneficiosos de la diatermia, consiguiendo excelentes resultados.
- Sistema SuperInductivo (SIS), nuestra última y más novedosa incorporación. Se trata de una técnica no invasiva que mediante la despolarización del nervio provoca contracciones musculares, favoreciendo el fortalecimiento de la musculatura afectada y preparándolo para la readaptación funcional.
- Readaptación Funcional. En Balanzé te guiaremos en tu recuperación, indicándote que ejercicios son mejores para ti. Favoreciendo una correcta incorporación a tu actividad deportiva.
Y ahora que sabes más de las roturas fibrilares, no dudes en contactar con nuestro equipo tanto si has notado el típico tirón como si quieres tratar de evitarlo. En Balanzé te acompañamos y guiamos en el proceso de recuperación, para que la reincorporación a la actividad sea de la mejor manera posible. No podemos creer que el que deje de doler signifique que estemos recuperados.
Conclusión
No lo olvides: una buena salud muscular es fundamental para realizar una actividad física satisfactoria.
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