Cómo mejorar el equilibrio
Propiocepción
Seguro que te gustaría mejorar el equilibrio, ya que, más de una vez te has sorprendido de lo rápido que responde tu cuerpo tras un traspié, o de lo contrario, quizás hayas oído hablar del esguince mal curado, o tú mismo hayas dicho desde que me operaron de la rodilla, ya no he podido volver a hacer…
¿Qué es lo que ocurre?, ¿por qué hay gente que sí que recupera mejor?, pues bien, podemos decir que tenemos un 6º sentido, y no, no es paranormal, está en lo más profundo de nuestro ser y sin él no podríamos sobrevivir, hablamos de la Propiocepción y estamos de suerte, ¡¡se puede entrenar!!
¿Qué es la propiocepción?
La propiocepción es la capacidad que tiene nuestro cerebro de saber la posición exacta de todas las partes de nuestro cuerpo en cada momento y de poder ubicarlas en el espacio.
Para que podamos entenderlo, si no sabemos dónde tenemos las rodillas, no podremos moverla. Esto dicho así parece increíble, pero cuando tras una lesión o intervención quirúrgica, se nos inmoviliza una articulación, dejamos de usarla, nuestro cerebro deja de recibir información sobre ella y por tanto no puede generar respuestas correctas que la integren en un movimiento adecuado, ni interpretar si es necesario reaccionar de manera inmediata activando otros mecanismos que eviten una caída, un daño, una lesión…
El sistema propioceptivo nos protege ante las lesiones permitiéndonos reaccionar de manera rápida para prevenirlas.
¿Cómo actúa el sistema propioceptivo?
Para entender cómo actúa el sistema propioceptivo, primero debemos conocer qué lo forma.
En primer lugar se encuentran los receptores nerviosos, que están en nuestros músculos, ligamentos, tendones, piel y huesos, estos receptores transmiten la información que es recogida por los nervios y enviada al Sistema Nervioso Central, aquí se procesa la información recibida y se envían las órdenes necesarias para producir la respuesta correcta.
Pongamos un ejemplo: imaginemos que estamos jugando a tenis y en un desplazamiento nuestra rodilla gira un poco más de lo normal, los receptores mandarían en primer lugar información del estiramiento de los ligamentos y de su posición al cerebro, éste ordenaría la relajación del cuádriceps para permitir ese movimiento, con lo que el ligamento sufriría un estiramiento mayor.
Este estiramiento generaría una nueva orden de que hay peligro de romperse, en este punto es en el que nuestro sistema propioceptivo actuaría rápidamente enviando una nueva señal de peligro y el cerebro ordenaría una contracción mayor del cuádriceps o haría que nos tirásemos al suelo, evitando así la ruptura del ligamento.
Como vemos, principalmente es un sistema neuromuscular y por tanto podemos y debemos entrenarlo.
¿Como se entrena?
El entrenamiento de la propiocepción es un trabajo que debe de estar incluido en la preparación de todo deportista. Existen numerosos estudios que así lo describen tanto formando parte de un programa de entrenamiento como de forma independiente para prevenir la recurrencia de lesiones, ya que:
- ayuda a evitar lesiones, favoreciendo respuestas automáticas o reflejas
- mejora el rendimiento, potenciando la coordinación, el equilibrio y aumenta la capacidad de reacción ante cualquier estímulo externo
- previene recaídas, fortaleciendo las articulaciones, aumentando el tono muscular y mejorando la velocidad de reacción.
Cuanta más y mejor es la información que recoge tu cerebro, mejor será tu rendimiento y menos riesgo de lesión tendrás.
La propiocepción se trabaja a través de ejercicios de coordinación y equilibrio. Al principio deben de ser de baja dificultad y progresivamente ir aumentando su complicación añadiendo material que te ofrezca diferente superficies inestables. A continuación te hablaremos de los más utilizados:
- Bosu: semiesfera con una parte rígida y otra hinchable. Pudiendo utilizarlo con la parte rígida y plana hacia arriba o con la hinchable hacia arriba. Se utiliza para articulaciones como tobillo, rodilla y cadera principalmente, aunque también se usa en hombro o muñeca
- Fitball: pelota hinchable de diferentes tamaños. Se utiliza principalmente para ejercicios de tronco.
- Balance board o tabla de equilibrio: tabla, normalmente de madera que toma contacto con el suelo con una semiesfera que lo hace inestable.
- Cojín: el que tienes en casa, sus diferencias de grosor y consistencia, son estupendos para variaciones de ejercicios propioceptivos.
Conclusión
Si además de como ejercicios preventivos, estamos en fase de rehabilitación debemos tener en cuenta de qué queremos enviar al cerebro la señal correcta desde nuestra articulación dañada para que no tenga «miedo» de usarla e integrarla en el movimiento normal, por lo que es importante que estos ejercicios no se realicen con dolor.
En Balanzé contamos con los conocimientos y los materiales adecuados para poder entrenar este sistema propioceptivo, y trabajamos los ejercicios de manera individual para que puedas sentir cómo debes realizarlos y continúes en casa con la rehabilitación necesaria.
Ponemos en marcha un nuevo servio: la Unidad de Readaptación.
Además ahora contamos con una nueva Unidad de Readaptación en la cual trabajaremos de forma específica sobre la región afectada como complemento necesario a la adaptación de la funcionalidad normal del cuerpo y así evitar y prevenir recaídas. El movimiento es necesario que se restablezca tras cualquier tipo de patología y en Balanzé promovemos el ejercicio como parte fundamental de la recuperación en cualquier disfunción del aparato locomotor. Por tanto en nuestra Unidad de Readaptación trataremos no solo afecciones ligamentosas o postquirúrgicas, sino también tendinosis y patologías musculares.
No dudes en ponerte en contacto con nosotros para entrenar ese 6º sentido imprescindible para nuestra supervivencia.